Danilo en la encrucijada

Alrededor de los presidentes de la República, se ha hecho norma o costumbre que sus más cercanos colaboradores visualicen la necesidad de la reelección, en el razonado argumento de que la gestión marcha de manera positiva, por lo que se hace imperioso la culminación de la obra de gobierno, obviamente, para el bienestar de toda la sociedad por igual. 
En el caso del presidente Danilo Medina, nadie criticaría a los amigos y allegados por tratar de impulsarlo hacia la repostulación  aunque el mandatario, con el conocimiento y cuidado que tiene de la política, no ha dicho que acepta o que no acepta.       
 El presidente Medina ha labrado las condiciones para ser repostulado y tanto la percepción popular como los resultados de encuestas aplicadas en el país, reflejan esa realidad indudable; pero lo que el presidente Medina tal vez no toque, por razones de prudencia política, es la Constitución de la República, que, para dar paso a una nueva postulación, tendrá que ser modificada, pues el texto actual establece la limitación del ejercicio del Poder Ejecutivo a un mandato, un período de descanso y así una nueva postulación. 
 La historia reciente de la República muestra lo negativo de un paso como éste , marcado con la derrota del ex presidente de la República, Hipólito Mejía Domínguez, quien, en la etapa final del ejercicio constitucional del año 2000 al 2004, utilizó la mayoría casi aplastante de la organización partidista de la cual era militante para modificar la Constitución y aunque este paso fue criticado por las connotaciones éticas más que nada, siguió adelante, pese al recuerdo público de expresiones suyas, en el sentido de que no buscaba una reelección porque el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) siempre fue un partido anti reeleccionista. 

No todos los momentos son iguales y no todas las circunstancias se calcan, por lo cual el ejemplo citado no tiene por que tomarse en cuenta para frenar una posible aspiración del presidente Medina; pero a diferencia de lo vivido por el ex mandatario Mejía Domínguez, en el caso actual puede observarse que los integrantes de la representación legislativa del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) mantienen posturas diferentes y podría, en estos momentos, no responder en la totalidad de la representación con la mayoría indispensable para aprobar un proyecto de ley que convoque a una asamblea revisora de la Carta Magna. 
El presidente Medina, por tanto, se encuentra en una encrucijada y la forma más conveniente de superar la situación es concertando con el ex presidente de la República y presidente del PLD, el Dr. Leonel Fernández, para garantizar la permanencia en el poder, del partido legado por el Profesor Juan Bosch.  
La historia dominicana está marcada por la división de las estructuras partidistas y la separación de los amigos políticos; y debido a esa verdad, muchas son las referencias que pueden hacerse como parte de las experiencias vividas desde la proclamación de la Independencia, por lo cual es conveniente que en alguna etapa de la existencia de la República, los conflictos que envuelven a personas e instituciones queden como un mal del ayer y puedan todos los dominicanos reencauzar sus responsabilidades con disposición para el entendimiento y con inclinación para buscar el progreso con la cooperación de unos y otros. 
El presidente Medina por tanto, debe respaldar una nueva postulación a la Presidencia de la República, del ex mandatario, Doctor Leonel Fernández, asegurando con ello la permanencia en el poder del PLD más allá del 2016.     
Por José Peña Santana
 
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