Caamaño tuvo varias sombras en su carrera militar, como son: "La Masacre de Palmasola", en San Juan de la Maguana, donde hubo una revuelta en la que fue asesinado un general, Caamaño recibió un tiro en un brazo, varios civiles fuero heridos y asesinados. Luego fue Jefe de los Cascos Blancos de la Policía Nacional, grupo élite de la época que era conocido por reprimir a la población y usar métodos violentos para esa represión.
Luego ocurrió el derrocamiento de Juan Bosch, este evento sucedió en septiembre del año 1963. Don Juan, luego de ser derrocado, se le mandó al exilio y dicen que en el barco que iba hacia Puerto Rico también estaba Caamaño. Al profesor, durante la travesía, se le invitó a comer con los tripulantes, a lo que él se negó diciendo: -"Yo no me siento a comer en la misma mesa con un hijo de un esbirro de Trujillo", refiriéndose a Caamaño.
Cuando informaron a Francisco Alberto de lo dicho por el ex presidente se enojó bastante y cuentan que tuvieron que agarrarlo entre varias personas porque quería tirar a don Juan por la borda de la embarcación. El asunto no pasó a mayores, el Profesor llegó a la Isla del Encanto y allí permaneció por un tiempo.
Dos años después Francisco Alberto Caamaño Deñó se reivindico como del infierno a la gloria. En el año 1965 ocurrió un evento que convirtió a Caamaño de villano a héroe: La revuelta para reinstaurar el gobierno de Juan Bosch. En ese evento Caamaño fue el líder indiscutido, fue la cabeza principal de un gobierno que se instauró en la zona constitucionalista, la cual estaba cercado por las tropas de la OEA y los Estados Unidos.
Un corto tiempo luego de la revuelta, "El Coronel de Abril" se fue a Cuba donde inició los entrenamientos militares junto a un grupo de hombres que pretendían derrocar al gobierno del doctor Joaquín Balaguer. Ese proceso duró hasta el año 1973, cuando Caamaño, junto a un reducido grupo de guerrilleros, desembarcó en la República Dominicana por Playa Caracoles, en la provincia Peravia.
Ese desembarco fue el error más grande cometido por Caamaño y el acto de traición más indecente acaecido en nuestra nación. Para la época de ese desembarco los estudiantes del país hacían movilizaciones por cualquier motivo, quemaban neumáticos en las esquinas, se batían a tiros con la policía, los sindicalistas hacían huelgas constantemente, los partidos de oposición se oponían y protestaban por todo, eran tiempos muy convulsos.
Lo extraño de todo esto es que cuando Caamaño Deñó desembarca en el país no se tiró un solo tiro en su favor, no se quemó una sola goma, no se hizo ni siquiera un micromitin y mucho menos alguien se sumó a la guerrilla del hombre que llegó al país para "liberarnos" del régimen de Balaguer. Un país con tantos "guapos y revolucionarios" nadie se levantó, nadie opinó. Todos se metieron debajo de sus camas o de las camas de algunos funcionarios del gobierno que ellos decían combatir.
Luego de Caamaño muerto vemos a los hipócritas y traidores darse codazos dizque para honrarlo, para conmemorar su caída y para recordarlo. ¡Qué bola de hipócritas! ¡Qué pila de sinvergüenzas! Cuando Caamaño los necesitaba lo dejaron solo y ahora, ya el hombre muerto y revolcándose sobre sus propios huesos, todos dicen ser caamañistas y revolucionarios. ¡Qué pandilla de fatales!
