Justamente lo que este domingo he visto casi en frente de mi hogar me ha hecho reflexionar en los principios enarbolados por el insigne maestro, nunca bien reconocido en su máxima dimensión, Juan Bosch y Gaviño. Desde el poder intentó cambios profundos a favor de la dignidad de los dominicanos.
Evidentemente el tiempo ha confirmado que era demasiado avanzado para gobernar a un pueblo incapaz de valorizarse, a un pueblo sin educación y sin principios elementales básicos de convivencia social. Como lo que ahora se estila es que cada hombre o mujer es un voto nada podemos hacer desde el gobierno central en manos del P.L.D, pero tampoco desde el gobierno municipal en manos del P.R.D.
Si por ejemplo un policía de AMET agarra a uno de los 100% de motoconchistas violadores de las leyes de tránsito, de inmediato aparece un enllave del gobierno central o del gobierno municipal que obligan a que no se someta el infractor a la justicia. Simplemente porque ese es un voto, maldito voto que está carcomiendo nuestra sociedad.
El furgón que repartía este domingo las cajas navideñas en Villa Central tuvo que salir del lugar de reparto porque el tigueraje le impidió, como siempre, hacer una actividad ordenada. Es entonces cuando estoy sentado con mi familia en el frente de mi hogar para ser testigo de un hecho que ni en películas había visto nunca.
El camión viene por la calle, una caravana de forajidos en motocicletas va delante y detrás, de repente y de manera sincronizada los que van delante del camión en sus motos llenan de extremo a extremo la calle con unos peñones enormes para forzar el camión a detenerse, y proceder a su saqueo. Varias camionetas llenas de policías escoltaban al camión, y al menos vi dos camiones repletos de guardias y oficiales.
Este tipo de desafío a la autoridad no puede permitirse a menos que vivamos en un país de salvajes. A esto es a lo que llamamos democracia? En las democracias verdaderas como las que viven los países europeos y los Estados Unidos nadie se atreve a este tipo de prácticas deleznables.
La palabra dictadura me provoca pánico, lo confieso. Vengo de una familia enemiga de Trujillo en plena dictadura, perseguidos y torturados algunos de ellos. Jamás de los jamases quisiera ver al pueblo dominicano en este tipo de sistema. En carne propia sufrimos todos los que en los doce años de Balaguer tuvimos la dicha o la desdicha de ser estudiantes secundarios o universitarios. Dictadura jamás, la democracia tiene derechos pero también deberes para el ciudadano.
Por qué no es posible cumplir los deberes? Confío en que Danilo Medina, como próximo presidente de la República, sabrá devolvernos sin traumas ni abusos represivos la convivencia y la paz, sé que Danilo habla con sentimientos puros, que sus promesas le salen sinceramente del alma. Sé que Danilo vive los valores del maestro Juan Bosch que postulaba que el que no vive para servir no sirve para vivir. Dejo como reflexión lo que postuló Bosch en 1969:
“Por el camino del hambre no se puede ir ya a la democracia, la democracia no duerme sin sabanas, ni se sienta a comer en el suelo, la democracia es un lujo de países ricos, la democracia de que nos hablan a nosotros es y será una mentira y ya estamos cansados de mentiras, queremos y necesitamos la verdad, la verdad es la dignidad del ser humano cada uno en su patria sin amos extranjeros. El que extiende las manos para recibir dádivas en vez de reclamar lo que le corresponde, es más esclavo que los que se compraban con dinero.
El dominicano no puede seguir siendo esclavo, el dominicano tiene que ser libre en su tierra, dueño de los destinos de su país. Para conquistar la dignidad de los libres tenemos que unirnos todos ……
Que visión de ese gran maestro que conoció mejor que nadie esta sociedad.
