Por Jose Antonio Matos Peña, El próximo sábado, se celebra la actividad familiar más significativa que pueda existir en la población dominicana, como actividad coincidente en todo lo que es, la familiaridad, en el amplio sentido de la palabra.
Es el momento, en el que la mayor parte de la población se despoja de todo disgusto, de todo odio, de todo rencor, de resarcir cualquier falta y además, de reiniciar ó también, de iniciar toda relación en la que el común denominador, es el amor hacia el prójimo, inspirado por el recuerdo incomparable del nacimiento de nuestro redentor, el niño Jesús.
No vale para nada, muchas veces, los aprietos económicos, y demás dificultades, para que la gente disfrute la noche buena, ni para evitar que el ciudadano cifre sus esperanzas en el por venir, hasta el que no tiene para hacer la sena, la disfruta, echando de lado los orgullos, aceptando la mano amiga del vecino que la tiene, la invitación del particular que lo invita a degustar en armonía con su familia el pan tenía para si y los suyos, parangoneandose, esta actitud, con el pasaje Bíblico, de el pan y los pescados, siempre rinde lo que hay, y siempre da, porque todo se circunscribe a la voluntad de Dios.
A pesar de todas las dificultades económicas y sociales que nos arropan a la mayoría de los Dominicanos, y el proceso político en que estamos inmersos, los Dominicanos tenemos que celebrar como tantas otras veces, en paz, en armonía, con tolerancia, aceptando las preferencias y los conceptos de los demás, recordando siempre, que somos los demás de los demás, y que por tanto, así como esperamos que los demás nos soporten con nuestros criterios y preferencias, así tenemos que soportar a los demás.
No incluyamos los temas álgidos, en nuestras celebraciones, dejemos los alegatos y las aclaraciones en el pasado, es el momento de olvidar y perdonar, auque no somos quién para perdonar, porque un mandato divino, nos prohíbe juzgar, con olvidar, con tolerar y con soportar a los demás a los demás tal y como son es la mejor manera de perdurar en paz, respetemos las ideas y preferencias políticas, que al final, cuando lleguen las elecciones, por ejemplo, ganará irremediablemente el que la mayoría prefiera, independientemente de lo que cada uno de nosotros, en particular queramos, el mundo sigue al momento siguiente de pasar cualquier eventos de esos, el mundo, no es detenido por el deseo de ninguno de los nuestros, tratemos de seguir en el, disfrutemos la noche buena, luego el año nuevo, y hagámoslo de manera tal, que que nos queden todos los que Dios nos depare.
