POR JOSE MATOS PEÑA
La designación del nuevo parque “loma
Miranda” viene a ser la tablita de salvación del corazón de nuestros 48
mil kilómetros cuadrados de territorio ¿y por que no?, de parte del
territorio de la otra nación que comparte con nosotros esta isla, ya que
ellos disfrutan del trasiego de aguas, de forma natural.
Decimos esto, porque por la ley de
gravedad, caídas las aguas al suelo, no hay discriminación en cuanto a
la carrera de la misma, de lugares más altos hacia los más bajos y loma
Miranda, bendecida por dios y la naturaleza, al ser dotada de metales
preciosos por su calidad y escasez, quedados en ella, al momento de la
estabilización de esta corteza terrestre o llegados en grandes
erupciones desde el interior de la tierra, pero bendecida mayormente por
hacerla una excelente productora de aguas para gran parte de nuestro
territorio, constituye una gran industria acuífera, como industria si
chimeneas que nadie sabrá cuanto vale, hasta que el humano, como en el
caso la “Barrick Gold” la destruya, si es que los dejamos.
Esta declaratoria de parque nacional,
viene a ser un valladar ante la voracidad de esta empresa, socios
internacionales y locales suyos, que valiéndose de las presiones
económicas y vulnerabilidades orgánicas internas, pretenden sacar esos
pingües beneficios, a costa de la expectativa de vida de nuestra
población.
Respaldamos el nacimiento de este nuevo
parque nacional al igual que rechazamos la declaratoria en el año 2009
del “parque nacional la gran sabana”, el cual solo ha servido para
interrumpir y gastar esfuerzos, que hoy son violentados por el mismo
estado, dejando de hacer el esfuerzo necesario en proteger el gran
recurso, que es la desviación de las aguas excedentes del Yaque, para
impedir el crecimiento, cual Hidrocefalia, del lago Enriquillo.