POR JOSE ANTONIO MATOS PEÑA.
El presidente legal, no institucional del partido revolucionario Dominicano, ingeniero Miguel Vargas Maldonado tomo recientemente un escenario tardío para hacer una serie de explicaciones
sobre un préstamo con un banco del estado Dominicano, que podrá tener toda la regularidad del mundo, si es que esa práctica procedimental usada es la que prima en los mal llamados secretos bancarios, pero no parece haber llenado las expectativas de la inmensa mayoría del perredeismo, y por qué no, de una buena parte de la población.
El presidente legal, no institucional del partido revolucionario Dominicano, ingeniero Miguel Vargas Maldonado tomo recientemente un escenario tardío para hacer una serie de explicaciones
sobre un préstamo con un banco del estado Dominicano, que podrá tener toda la regularidad del mundo, si es que esa práctica procedimental usada es la que prima en los mal llamados secretos bancarios, pero no parece haber llenado las expectativas de la inmensa mayoría del perredeismo, y por qué no, de una buena parte de la población.
El panorama expuesto en una rueda de prensa convocada por él, tenía aspecto de ser más familiar y de negocios que político, y las explicaciones, del mismo corte.
Los detalles dados por ambas partes, es decir, los denunciantes, encabezados por doña Milagros Ortiz Bosch y el propio Miguel en la inefable rueda de prensa, distan en lo medular, rehuyendo este último, en dar razones y motivos fundamentales de la existencia del préstamo, y el período político en que discurrió.
El presidente del PRD, que cumple 75 años de fundado, no discierne entre su rol empresarial y el de dirigente prominente político y tampoco puede ocultar que las instituciones bancarias son dirigidas en su parte fundamental por políticos y sus procedencias son políticas.
Dista este convenio, entre Miguel y el referido Banco, del de quien suscribe con el Banco Agrícola, el cual, violando todos los derechos del cliente hipotecario, me despojó de 1483 tareas de tierras (mil cuatrocientas ochenta y tres), por un monto irrisorio y vendida por un valor irrisorio a un tercero, prestaron 175 mil pesos dominicanos y vendieron por un millón, ganado 825 mil pesos, que negociazo con lo ajeno.
Evidentemente, el préstamo al presidente del partido mayor del país, según la última votación y de la oposición, entre comillas, tiene un ingrediente más político que empresarial, y de ahí se puede ver la explicación a ciertas actitudes del prominente ingeniero Miguel Vargas Maldonado.
El empresario y el político no combinan en la política de esos niveles, le hemos oído decir permanentemente al periodista Domingo Páez, y cuando hacemos una mirada retrospectiva a nuestra vida política reciente, encontramos que empresarios que estuvieron en ella, los exitosos políticamente, que de alguna manera llegaron a ella siendo empresarios terminaron sus carreras o en la quiebra o disminuidos en sus caudales económico, entre ellos podemos citar, a don Antonio Guzmán Fernández, al licenciado Jacobo Majluta, al licenciado Jacinto Peinado, Manolo Fernández Mármol y otros más