¡Cola de León y no Parte de elefante!‏


Es lo que al parecer, y sin ninguna duda, a preferido ser  el ingeniero Miguel Vargas Maldonado, en el ajedrez político nacional, en los últimos tiempos y en lo porvenir.


Todo un futuro brillante, con posibilidades reales ha ido tirando por la borda, el ingeniero Maldonado, desde que en momentos en que los perredeístas anhelábamos la llegada de una figura refrescante  y poco chamuscada por el quehacer político y de sesgos más privados que públicos, como lo era él, pasados los cuatro años de gobierno del ingeniero Hipólito Mejía.

Craso y grave error cometimos los que emprendimos ese tropel a favor de Miguel Vargas, cuando acudimos al llamado de Doña Melania Salvador, en el año 2007, y  fuimos a Barahona, como primer encuentro con la presencia del nuevo timonel de nuestros destinos perredeístas y dominicanos.

En lo personal, fuimos seleccionados por el equipo, como director del mismo en la ciudad de Neiba, llegando a ganar la contienda interna con un 77%, y parte de los siguientes eventos en que llegamos a lograr en su favor, un 97% de la simpatía para que ocupe la presidencia del PRD.

 En análisis zoológico de la política nacional,  hay Leones, Gallos y demás, el partido revolucionario dominicano puede ser tipificado como (Buey Blanco) ó  el elefante, por su historial y resultados numéricos, electoralmente hablando, y sobre todo, basado en los últimos escrutinios nacionales, el partido más grande dominicano, con más de un 47% como más reciente referente.

 Don Miguel, de espaldas a todos ó casi todos  los que le respaldamos, empezó con el famoso pacto de las corbatas azules, siguió con pactos de diferentes índoles con Leonel Fernández, y ha terminado virtualmente como parte de la cola de el León y no como fundamental pieza del enorme elefante blanco, que va más allá de las letras, es un sentir dominicano, parcela política ésta, en la que se ha demostrado, de por vida, que la mayoría de hoy puede ser  la minoría de mañana y viceversa, y el caso más reciente es Hipólito Mejía, que de un 2% de simpatía, llegó a ser el candidato presidencial, y hoy en día, el hombre fuerte de la oposición y del sentir perredeísta.

 Miguel Vargas Maldonado ha quemado sus naves, y muestra claramente, un derrotero emprendido, adocenado al Leonel Fernández y el oficialismo, de un gobierno en dos, vigente en la actualidad, que son, la nómina del Leonelismo y los que están gobernando con Danilo, seguros estamos de que en la circunstancia descrita, ese PRD, llegará al 2016 en dimensiones ínfimas, como lo requieren sus inquilinos, pero como dice el pueblo, “no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista”…

José Antonio Matos Peña
 
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