POR JOSE ANTONIO MATOS PEÑA.
De la misma forma en que otras áreas del país se han protegido con la declaratoria de parque nacional, urge hoy que se defina esa gran riqueza natural con su definición como parque nacional.
El parque nacional La Gran Sabana, en el decreto 571-09 en la parte este del lago Enriquillo, definido por el presidente Leonel Fernández en el año 2009, el cual interesa importantes propiedades agrícolas de los pobres lugareños de la región Enriquillo, sin ninguna contemplación ni compensación, entre los que se encuentra quien suscribe, con miles de tareas de tierras, es decir la inmensa llanura del Valle de Neiba, con una extensión superficial de 219.57 kilómetros cuadrados.
No hemos recibido respuestas e iniciativas gubernamentales de una declaratoria innecesaria de ese parque nacional, que incluye territorios que van desde Cuero de vaca, el Memiso, los Lechosos, Mella, la Colonia, La Isleta, en fin, buena parte del valle de Neiba, pero respetamos y acatamos la disposición gubernamental, y la justa compensación podrá llegar o no, si procediera, pero la constitución ordena preservar las áreas incluso, en este caso en que la única razón, se presume y parece ser compensación por la liberación de protección de áreas en otros lugares del país.
En el conflicto que vive la nación por la preservación de un pulmón natural y garantía de supervivencia de mas de 40 acuíferos y la salud de una importante población y su producción agropecuaria en el centro de la nación, que lo constituye Loma Miranda, con un 90% de la población a favor de decirle si a la vida y no a la depredación con la extracción de unos minerales de los que mucho se le sacará y poco le quedará al país, el presidente dominicano, que goza de una gran moral y apoyo poblacional, debe decretar a Loma Miranda Parque Nacional, por un decreto nacido de un poder que le confiere la constitución Dominicana.
El decreto Ley, que no es más que un decreto refrendado por el congreso nacional puede ayudar al país a evitar una enorme tragedia, en función de que los actores sociales del país y la opinión pública en su conjunto, ha tomado y tomará este objetivo como escudo y el presidente, esta circunstancias como excusas frente a un poder internacional que no ve ni siente la interioridad Dominicana.
De la misma forma en que otras áreas del país se han protegido con la declaratoria de parque nacional, urge hoy que se defina esa gran riqueza natural con su definición como parque nacional.
El parque nacional La Gran Sabana, en el decreto 571-09 en la parte este del lago Enriquillo, definido por el presidente Leonel Fernández en el año 2009, el cual interesa importantes propiedades agrícolas de los pobres lugareños de la región Enriquillo, sin ninguna contemplación ni compensación, entre los que se encuentra quien suscribe, con miles de tareas de tierras, es decir la inmensa llanura del Valle de Neiba, con una extensión superficial de 219.57 kilómetros cuadrados.
No hemos recibido respuestas e iniciativas gubernamentales de una declaratoria innecesaria de ese parque nacional, que incluye territorios que van desde Cuero de vaca, el Memiso, los Lechosos, Mella, la Colonia, La Isleta, en fin, buena parte del valle de Neiba, pero respetamos y acatamos la disposición gubernamental, y la justa compensación podrá llegar o no, si procediera, pero la constitución ordena preservar las áreas incluso, en este caso en que la única razón, se presume y parece ser compensación por la liberación de protección de áreas en otros lugares del país.
En el conflicto que vive la nación por la preservación de un pulmón natural y garantía de supervivencia de mas de 40 acuíferos y la salud de una importante población y su producción agropecuaria en el centro de la nación, que lo constituye Loma Miranda, con un 90% de la población a favor de decirle si a la vida y no a la depredación con la extracción de unos minerales de los que mucho se le sacará y poco le quedará al país, el presidente dominicano, que goza de una gran moral y apoyo poblacional, debe decretar a Loma Miranda Parque Nacional, por un decreto nacido de un poder que le confiere la constitución Dominicana.
El decreto Ley, que no es más que un decreto refrendado por el congreso nacional puede ayudar al país a evitar una enorme tragedia, en función de que los actores sociales del país y la opinión pública en su conjunto, ha tomado y tomará este objetivo como escudo y el presidente, esta circunstancias como excusas frente a un poder internacional que no ve ni siente la interioridad Dominicana.
