La Ley de Regulación Salarial que cursa en el
Congreso esxcluyente y discriminatoria, y establece privilegios
injustificados en algunas dependencias del Estado, olvidando la
situación de pobreza y miseria de los sueldos de los maestros y de los
médicos. Resulta desafortunado que se legisle a favor de los titulares
del gabinete y de los directores de las instituciones autónomas,
especialmente para quienes ostentan las posiciones de gobernador del
Banco Central, Superintendente de Bancos y Superintendente de Seguros.
La Constitución prohíbe el otorgamiento de privilegios y ventajas. La pieza legislativa causa impotencia en los servidores públicos que no devengan lo suficiente para cubrir el costo de la canasta familiar.
Desgraciadamente, los maestros no cuentan con un gremio que los represente, puesto que la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), está en manos de los peledeístas. Su presidente, Radhamés Camacho, es alto dirigente del PLD y diputado por ese partido.
En el último lustro, la ADP no ha hecho protesta o reclamo para mejorar las condiciones de vida de sus afiliados. Los docentes del sector público no tienen un seguro médico. En la calle Santiago, próximo al Ministerio de Educación, existe un local del SEMMA, para autorizar los tratamientos de salud que necesitan los profesores en centros que no están afiliados a la ARS del magisterio.
Existe un proyecto piloto de tanda única en algunas regiones escolares, pero muchos maestros no cobran el salario que les corresponde por ocho horas de docencia, pasando un verdadero víacrucis intentando corregir el problema.
Mientras maestros y médicos mendigan una mejor retribución, el gobierno, por boca del Ministerio de Economía y Planificación, revela que durante las elecciones pasadas el gasto del presupuesto se aumentó en un 38%, totalizando la friolera de 211,881.5 millones, en desembolso para comprar conciencias.
La Constitución prohíbe el otorgamiento de privilegios y ventajas. La pieza legislativa causa impotencia en los servidores públicos que no devengan lo suficiente para cubrir el costo de la canasta familiar.
Desgraciadamente, los maestros no cuentan con un gremio que los represente, puesto que la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), está en manos de los peledeístas. Su presidente, Radhamés Camacho, es alto dirigente del PLD y diputado por ese partido.
En el último lustro, la ADP no ha hecho protesta o reclamo para mejorar las condiciones de vida de sus afiliados. Los docentes del sector público no tienen un seguro médico. En la calle Santiago, próximo al Ministerio de Educación, existe un local del SEMMA, para autorizar los tratamientos de salud que necesitan los profesores en centros que no están afiliados a la ARS del magisterio.
Existe un proyecto piloto de tanda única en algunas regiones escolares, pero muchos maestros no cobran el salario que les corresponde por ocho horas de docencia, pasando un verdadero víacrucis intentando corregir el problema.
Mientras maestros y médicos mendigan una mejor retribución, el gobierno, por boca del Ministerio de Economía y Planificación, revela que durante las elecciones pasadas el gasto del presupuesto se aumentó en un 38%, totalizando la friolera de 211,881.5 millones, en desembolso para comprar conciencias.
