Fragmentación de la Sociedad Dominicana y sus Fragmentadores…‏


La división, en el amplio sentido de la palabra, es una semilla que al parecer, tiene los mejores aderezos para crecer, cual levadura en la maza del pan, o catalizador de ella misma para su polimerización. Lo vemos en el partido revolucionario dominicano, en donde, a pesar de su clímax en el proceso excisionista, sigue siendo la especie de bola de nieve inversa.


En este partido, cuyas razones de división principal en los últimos tiempos son atribuidas a cuestiones personales, Craso error,  porque hay motivaciones que van mucho más allá que eso, recordemos el gran pacto de las corbatas Azules, donde se configuró el gran poder legal, entre comillas, de dictadura que vivimos hoy, la de respaldo condicionado popular.

En la misma facción del nuevo emperador perredeísta, Miguel Vargas a tenido sus divisiones, que por su poder omnímodo en las tres letras, PRD, se convierten en pequeñas escisiones, mientras que por el lado, mayoritario, sin duda alguna, que encabeza Hipólito Mejìa, fundamentalmente, se ven escaramuzas  reales y no, pero sus conatos persisten, como se ve en toda la sociedad dominicana, hay un desparpajo con la participación o no en la convención de Miguel,  la cual, si el cuentista y gran político, profesor Juan Bosch estuviera con nosotros, la hubiera bautizado con el mote de Matadero Electoral ò convencional.

 La familia, y la mujer como tal, no ha sido la excepción en esta carrera divisionista, víctima, de un machismo, parte de la esencia misma de la humanidad, que tiene que ser combatido por la sociedad en su conjunto, es magnificada en su desgracia, por las agrupaciones creadas para tales fines, entre comillas, pero que en gran porcentaje son usadas como escaños fundamentales para producir dineros y crecimientos en los beneficios sociales de personas en particular, son abonos para la separación más que para la integración de la mujer y el resto de la familia, y… qué decir de las leyes y modificaciones de las que competen al tema familiar.

 Ahora, en la carrera en ese sentido se pretende hacer un toyo con el código de familia, con modificaciones tales, que de pasar a ser establecidos, romperían la identidad familiar, llegando los ciudadanos con el tiempo, a desconocer las ascendencias, con un dislocamiento del orden de los apellidos.

 A los nacionalistas, de corazón o no, los vemos al salto de la pulga, mansos y cimarrones, unidos en un caso, otro y viceversa, división potenciada con la inefable sentencia 168-TC , esta sentencia, innecesaria por demás, ha cumplido con el propósito fundamental de su verdadero autor, mismo que conformó todo el tinglado legal que sufre la sociedad hoy en día, ha logrado unir en conceptos y opiniones a figuras de lo mas disidentes en todo el territorio nacional, con lo que el país se ve fragmentado y debilitado para enfrentar la envestida de la fiera mundial, que le sigue imponiendo como yugo la solución a la gran problemática del vecino país de Haití, al pueblo Dominicano-

 En los partidos llamados minoritarios, no se ha dejado de ver ese fantasma de la desunión, el del PRI, por ejemplo, entre Trajano Santana y sus contrarios internos, logrando reeditar los silletazos y demás que en más de dos ocasiones ha escenificado el perredeismo, el partido reformista, que se reconforta ahora, pero con evidentes manos maestras en sus decisiones, y finalmente hasta en el partido gobernante se respiran aires de separación, aunque es un conglomerado de personas que ha entendido la conveniencia de mantenerse incólumes para cada proceso electoral, logrando su objetivo, pero lo afecta, no más lejos que ayer sábado, trasciende que   José Francisco Peña Guaba, no confirmado, pero teníamos informes de que se estaba en eso, romperá sus pactos con el gobierno, se nos ha dicho que por no haber sido nombrado como embajador en Panamá, cierto o no, nos inclinamos a pensar en una estrategia del emperador de emperadores dominicanos, doctor Leonel Fernández Reina, ya lo veremos…

José Antonio Matos Peña
 
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