Reprimenda brutal contra un pueblo pacifico.


POR JOSE ANTONIO MATOS PEÑA.

Lo que la población de Neiba vivió los días de ayer y hoy no tuvo ejemplo, bajo la dirección policial del general Aybar no tiene parangón  y mucho menos justificación.

Un poblado que acababa de dar un ejemplo de civismo y de respeto a la propiedad pública y privada en una lucha contra el oprobio eléctrico a que lo ha sometido la EDESUR, irrespetando los acuerdos del tandeo en el servicio y el desconocimiento de un nivel de pago de la factura en alto porcentaje.

En un desliz cometido por  parte  de los manifestantes en un décimo segundo día de jornada de vigilia, trancando el paso hacia la población, como parte de una expresión de la población, aunque violatoria de la ley, no reflejaba peligrosidad ni actitud violenta de la población y que se podía salvar sin mayores tormentos, para desde las dos y cuarto de la tarde del día de ayer empezó un proceso de bombardeo a mansalva y tiroteos inmisericordes con balines de goma y también con plomo,  sometió a los que al verse atacados de sorpresa, no dejaron de expresar también algún nivel de reacción, que se propagó en parte de la comunidad, con quema de gomas, obstaculización de calles y rotura de contadores eléctricos.

Para el día de hoy, parece que fue el diablo lo que se le metió al poderoso policía, enviando policías traídos de Barahona y Azua, según se informó, corriendo en la población, sin ton ni son, hiriendo a periodista en pleno ejercicio de comunicación, como a Lucas Pérez, hiriendo además a jóvenes en sus frentes de hogares y una cantidad incontable de personas, como a Víctor Florián, con apenas 20 años de edad y posibilidad de perder la vista en uno de sus ojos, más otros  que por razones de miedo o vergüenza no lo exteriorizan.

Este evento mancha la buena imagen de un gobierno que exhibe altos niveles de aceptación de la población, que de no aplicar las sanciones de lugar sobre ese jefe policial, le dejará una mancha indeleble.
 
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