Monitoreo
La situación política y social de Haití se torna tan precaria que requiere de un minucioso monitoreo de la comunidad internacional que ha de estar presta a evitar que degenere en un deterioro de tales proporciones que haga aún más difícil la anhelada construcción de un espacio democrático duradero.
En los primeros dos meses y medio de 2012, cerca de 150 personas han sido asesinadas a balazos, incluido siete durante una sola noche, lo que ofrece un diagnóstico aterrador del quebrantado clima de seguridad ciudadana, derivado de la crisis institucional desatada con la renuncia del primer ministro.
La Misión de Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (Minustah) ha advertido sobre un deterioro aún mayor del clima político ante la ausencia de gobierno formal y los enfrentamientos entre el Parlamento y el presidente Michel Martelly, a quien se acusa desde ese litoral de poseer la nacionalidad estadounidense.
Martelly ha propuesto como nuevo primer ministro a su canciller, Laurence Lamothe, pero no es seguro que el Senado, controlado por la oposición refrende tal nombramiento, lo que sin dudas complicaría aún más la situación de crisis.
La Red de defensa de los Derechos Humanos ha expresado preocupación por la presencia en Haití de bandas bien armadas, así como de cotidianos asesinatos y secuestros, como las siete personas muertas a balazos en el centro de Puerto Príncipe durante la noche del jueves.
Parece llegado el momento de que la comunidad internacional utilice su influencia para instar al liderazgo político a conjurar una crisis política que pronto degenerará en situación de caos e ingobernabilidad.
Los infartos
Los decesos a causa de infartos se convierten en especie de epidemia en República Dominicana, donde se revela que el cincuenta por ciento de los pacientes infartados mueren durante la primera hora de inicio del accidente cardiovascular.
Los cardiólogos Andrés Ureña, Pedro Díaz y Fulgencio Severino aseguran que la hipertensión arterial es una enfermedad de difícil control, que acentúa otras patologías, pero advierten que aquí se complica por las dificultades con el acceso a los medicamentos y la carencia de equipos en los hospitales.
Se requiere que las autoridades de Salud pongan atención a lo señalado por esos profesionales de la cardiología y procuren aplicar políticas públicas que reduzcan la elevada mortandad a causa de infartos.